Compartimos un escrito de la directora Carolina Reynoso, acerca del rodaje en Neuquén.
Viernes 17 de febrero, 7 AM. Un avión aterriza en Neuquén proveniente de Buenos Aires. Entre lxs pasajerxs, se encuentran lxs cinco integrantes del documental “Yo aborto. Tu abortas. Todxs callamos”. Bajamos somnolientxs pero emocionadxs. Nuevas jornadas de rodaje nos esperan en la tierra de Fuentealba y Teresa Rodriguez. También nos espera Ruth Zurbriggen, otra docente y otra luchadora del sur, otra mujer que le pone el cuerpo a la lucha feminista por lograr un mundo mejor…otros mundos mejores, creo que me corregiría Ruth.
Ruth es menuda, pero solo lo noté al ver las fotografías que nos hicimos juntas, porque su fuerza la proyecta hacia todos lados, la agiganta. Ella es la que rompe el hielo con su natural humor, todxs recibimos el chiste con agrado y nos distendemos. Desde ese momento esta mujer nos acompañó y apoyó en todo. En la entrevista-charla que grabamos hablamos de la colectiva feminista La Revuelta, de la cual forma parte y, también hablamos de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de la cual, a su vez, la organización forma parte. Algunas de las actividades de Las Revueltas que nos contó son: el “Socorro Rosa” (acompañamiento a las mujeres que deciden abortar), el “Socorro violeta” (acompañamiento en los casos de violencia de género), los escraches, las intervenciones artístico- políticas, y muchas más. Todas actividades realizadas a pulmón y a corazón, porque las realizan con todo el amor y la fuerza de la que cada una es capaz.
Ruth fue el puente para llegar a Relmu. ¿Quién es Relmu? Una mujer mapuche que nos contó ante la cámara su experiencia en relación al aborto clandestino. Otra mujer que decide sobre su propio cuerpo, otra mujer que lucha, otra mujer enorme que resiste contra gigantes. Junto a su compañero están resistiendo las (neo)invasiones de la tierra por el petróleo…ellxs no luchan por la tierra, ellxs, según nos contó Relmu, son parte de la tierra. Luchan por ellxs mismos y luchan de manera desigual, pero también de manera inteligente, fuerte y sabia.
Cuánto por admirar, cuánto por aprender. La última noche de nuestra estadía nos juntamos con cuatro de las revueltas: María (como muestra de la generosidad y apoyo de estas mujeres podemos contar que María, sin conocernos aún, nos prestó una camioneta para sumar al auto de Ruth y poder ir a filmar a la comunidad de Relmu), Vivi, Belén y, obvio, Ruth. Esa noche fue un encuentro de esos que la memoria atesora en un lugar especial, quizá sea el corazón. Allí nos contaron sus luchas, mientras las admirábamos, mientras nos enojábamos cuando los resultados de la justicia no eran justos, mientras no poníamos contentxs cuando el final era feliz.
Esos días me llenaron de felicidad, me llenaron de fuerzas y de ganas de más…de más lucha, de más Neuquén, de más Revueltas. Así es que nos reencontraremos pronto, en nuestras luchas compartidas, en los espacios feministas, en los festivales que luchan por nuestros derechos y, especialmente, nos encontraremos cuando estrenemos el documental por todo el sur junto a las Revueltas en un viaje con el que ya estoy soñando y empezando a disfrutar.